jueves, 28 de abril de 2011

NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS TERAPEUTAS. (0ctubre, 1997)

 NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS TERAPEUTAS



Ésta fue la segunda Mesa Redonda del Tercer Encuentro, y se llevó a cabo en la Sede Viña del Mar de la Universidad Educares, el día 19 de Octubre de 1997.


Patricio Varas: Yo creo que los nuevos terapeutas no somos nosotros sino que son los más jóvenes de entre ustedes. Creo que el tema es si los nuevos terapeutas van a ser terapeutas de acuerdo a los nuevos tiempos o van a ser terapeutas cliché, estereotipados de acuerdo a tiempos pasados. Tal vez los que sigan la línea de la psicología humanista y transpersonal puedan tener una chance mayor de responder a lo que son los nuevos tiempos, pero creo que todos, absolutamente todos los seres humanos tienen esa chance de responder a los nuevos tiempos y de poder hacer algo en la interacción con el ser humano o con un grupo que sea beneficioso. Cuando yo estaba en California el año 77, pensaba que en Chile la terapia estaba atrasada quince años: desde el advenimiento de la psicología humanista el año 62 hasta el año 77; y hoy día podría pensar lo mismo, que está atrasada del 62 al 97, pero yo creo que eso no es lo esencial. Por ejemplo, puedo decir que la palabra “terapia” está ya en desuso. La terapia es una palabra anticuada y puedo decir que los terapeutas por lo tanto se empiezan a autodenominar de otra manera: algunos se llaman facilitadores, otros monitores, algunos se llaman acompañantes y otros se llaman simplemente con su nombre, así que yo soy el Pato  y converso contigo y tú eres el Alberto y conversemos.

Y entonces estos nuevos terapeutas no están dentro de un modelo que les exige tener un nombre genérico; ése es un elemento, por lo tanto, de los nuevos terapeutas: pueden despedirse de una determinada denominación. También eso ocurre con las personas con las cuales participan esas personas: ya no tienen nombre genérico, ya no son “paciente” ni “cliente”, son el Alberto, la Carolina, ustedes, nosotros, y eso significa un cambio en la relación, una manera distinta de entender la relación. Hay un énfasis, un espíritu ciertamente romántico que nace con la Psicología Humanista, que es “seamos pares” y eso significa en esa época y también hoy día, “no quiero seguir el modelo clínico, no quiero seguir el modelo médico, el preestablecido, el estereotipado; inventemos un modelo nuevo si es que hay que tener un modelo y en ese modelo seamos tú y yo, tú con tus experiencias y tu conocimiento, yo con los míos, y qué podemos hacer por mejorar nuestra interacción y qué podemos hacer por mejorar nuestra calidad de vida ambos”.

Por eso,   podemos ser los dos terapeutas y podemos ser los dos pacientes y somos eso y mucho más porque antes que todo eso somos tú y yo. Eso obviamente es parte de los nuevos terapeutas; también creo que es parte de esto de los nuevos terapeutas el hecho de que hay ciertos principios, hay ciertos valores que no son equívocos ni discutibles. Hay algunos que están en la base de lo que yo estoy persiguiendo de lo que a mí me mueve como ser humano, y con esos principios voy a ir al encuentro contigo. Por ponerle nombre a los principios, el llamado “principio ecológico o de no violencia” que significa que yo voy a conversar contigo y vamos a interaccionar y algo va a pasar con nosotros que nos va a reconstruir o construir o mejorar, o como lo queramos llamar, y eso va a ser con un profundo respeto a nuestras personas y con un profundo respeto hacia nuestras vidas y nuestro organismo vivo. Así que no te voy a presionar, no te voy a empujar ni voy a querer que tengas que hacer algo o que yo tenga que hacer algo que rompa eso que es más delicado, que son los principios de la vida misma. Tener eso como propio y que lo tenga la persona con la cual converso -el principio de que la vida es sagrada- eso va a ser más importante que determinada técnica o la otra.

 Otro principio, que está en la base, es que no se es terapeuta porque se leen libros y porque se estudia en una determinada escuela; se es terapeuta porque se constituye en la propia vida en un acto determinado el principio de lo que se ha llamado lo organísmico o la organicidad de los seres, que significa que los seres humanos tenemos ciertas formas de actuar y de comportarnos y de accionar y reaccionar y que eso es bueno que sea respetado cuando nos encontramos en esta conversación o interacción llamada por algunos terapéutica o de desarrollo personal o de encuentro. No es de cualquier manera que un ser humano se abre a si mismo, no es de cualquier manera que enfrentamos nuestros sufrimientos o aceptamos nuestros dolores o revivimos nuestras alegrías; no es de cualquier manera, es de la manera propia que tiene ese organismo vivo. Algo que dice Ron Kurtz, creador de la terapia Hakomi, es que la terapia es respirar; y entonces la terapia esta viva y es entre seres vivos y la respiración o el acto de respirar esta ahí constantemente operando en nuestra relación.

Creo que para los que quieran ser terapeutas que satisfacen los tiempos actuales obviamente sigue siendo un gran desafío el poder vencer el dualismo cuerpo-mente, y entonces ser eso que siempre se ha aspirado a hacer desde hace más de treinta años: ser y hacer un trabajo holístico, y eso significa ingresar en una interacción que no es solamente verbal, sino corporal, afectiva, espiritual; que es realista, que tiene un montón de otros aspectos que no consisten solamente en que yo te hablo, tú me escuchas, tú me hablas, yo te escucho, yo te comento, tú me comentas... encontrar formas en las cuales podamos contactarnos y que no necesariamente son solamente lo verbal sino incorporan otros elementos. Me parece a mí que con el tiempo no te importe cómo te vas a denominar; no se puede ser terapeuta ni en estos tiempos ni en los pasados, ni en un rato, es algo que parte por respetar el ritmo de la propia vida. Significa que yo no lo puedo acelerar: puedo estar ansioso y querer hacer eso en dos o tres años, y no es posible. Es una forma de vida que te exige tiempo, y tiempo además asimilado, es decir que lo he internalizado en mi cuerpo y en mi alma y en mi espíritu, en mi mundo afectivo y que lo he convertido por lo tanto en producto para la vida... y eso puede ser muchos años -distinto para distintas personas, pero muchos años-; no es una cosa que ocurra rápido.

Y el otro elemento que yo saco a la conversación es que los nuevos terapeutas tienen dos elementos que son extremadamente exigentes y que no estaban en el modelo anterior: no se puede ser un terapeuta o un nuevo terapeuta o un terapeuta actualizado con esa otra palabra si no se ha sido fundamentalmente vivenciado y experienciado el proceso de cambio humano en sí mismo junto con otros; como se dice, “te la tienes que vivir personalmente primero que nada antes que nada”. Primero yo diría la experiencia, después la teoría; haber vivido procesos de entrenamiento de capacitación, de formación o simplemente de terapia como lo quieran llamar que me permitieron a mí tener un sujeto de aprendizaje que era yo mismo, que yo podría aprender muy bien lo que sucede en el cambio humano observándome a mí mismo cómo he ido cambiando a través de experiencias que he ido realizando. No hay ningún manual que reemplace la experiencia personal de vivir procesos que me permitan cambiar, acercarme al mejor Pato Varas que yo podía ser en mi vida o que esperaba y anhelaba ser y que me haga comprender que las personas, sólo si vivimos ciertas experiencias, podemos desarrollar eso que llamó Maslow las potencialidades.

Y el otro elemento es que hay una cosa que llamaré el trasfondo afectivo o emocional con que yo me muevo, y que yo lo pongo y está ahí, el que yo pueda comunicar y vivir mi mundo emocional y tener además una actitud emocional para vivir el mundo emocional tuyo y que tú lo puedas sentir. Ahora se viene a reactualizar Rogers –que tú puedas percibir que yo he sido empático contigo y he sido congruente y que he tenido un apoyo incondicional contigo- eso tiene que ver con la actitud emocional y obviamente es un desafío y una exigencia y si tú estás empezando significa muchos años. No es que después de tres o cuatro años eso empiece sino que empezó desde el principio, pero se fue confirmando, completando y desarrollando. Esto para terminar: pienso que lo que define esto que es el terapeuta de los nuevos tiempos es que no hay distinción posible al observarte entre lo que haces y lo que eres; tú eres como eres y eso sirve para que en la interacción algunas personas sean lo que quieren ser; y como lo decía este genio que era Milton Erickson, no es que hagas terapia, tú vives y convives con las personas y tienes ciertas tecnologías que son de lo más humano; y con eso tú te comportas desde que te levantas hasta que te acuestas y mientras duermes; y eso le hace bien a los demás y me hace bien a mí y nos hace bien a todos y hace algo por todos nosotros y no hay una separación entre que yo entro a trabajar y después bajo la cortina y dejo de ser éste.

La ultima cosa, muy, muy técnica: la terapia ha tenido cambios en la historia el concepto, el paradigma y quiero graficarlo en tres situaciones: la terapia concebida como conversación y comunicación entre dos personas, verbal y no verbal pero conversación entre dos personas, que fue llamado “hablar acerca de tu experiencia y de mi experiencia”, primera etapa de la terapia; segunda etapa de la terapia, que nace con la psicología humanística y especialmente con la terapia Guestáltica: no solamente hablar y conversar acerca de tu experiencia y mi experiencia sino lograr que tú converses contigo mismo y lograr yo también junto contigo conversar conmigo mismo, y dentro de eso hacer cosas; no sólo hablar, hacer experiencias que me permitan conectarme de manera que esta conversación llamada terapéutica no solamente pasa a ser horizontal sino que es interna en cada uno de los que están conversando. Ésa es la etapa que inicia la terapia Guestáltica el año 63, y la tercera etapa que básicamente inicia la terapia Hakomi es, conversemos tú y yo pero yo voy a hacer algo para que tú converses internamente contigo más que conmigo, y yo también voy a conversar conmigo internamente mientras converso contigo y vamos a hacer experiencias en conjunto; y además vamos a estudiar cómo organizamos nuestras vidas y nuestras experiencias y vamos a descubrir las claves de los llamados temas centrales que están a la base de nuestras experiencias. Eso nos va a permitir desarrollarnos y cambiar o avanzar hacia lo que queremos. Entonces, quiero decir para terminar que la terapia es un arte y también un conocimiento y que tiene una base que ha ido cambiando y creciendo, y que obviamente ustedes, los nuevos terapeutas, tienen el desafío de encontrarse con esa experiencia y con ese conocimiento.  Gracias (aplausos)

Patricio Varas: : hay un sanador –que  es un canalizador-. Otra característica de este campo es cierta humildad de entenderse como un artesano que quizás canaliza algo, pero no tiene el poder. También hay un sanador propio, en que abrimos las claves para que cada persona halle su sanador. Por mucha experiencia, por mucho conocimiento, sin embargo, que se tenga, nunca es posible comprender mejor a una persona que la posibilidad que tiene esa misma persona de comprenderse a sí misma. Entonces, creo que la clave no es tratar de comprender al otro; la clave es cómo yo dedico todo lo que puedo haber comprendido y experimentado como recursos para que el otro se comprenda a sí mismo, y para que el otro haga lo que necesita hacer consigo mismo.  Creo que hay dos palabras claves: el amor y la verdad. Creo que a fin de cuentas la terapia es eso: cómo concretizo el amor y la verdad en la relación que tengo contigo. La universidad está muy apernada a la verdad y muy poco al amor.

Y quiero agregar algo más: creo que la verdad es la expresión fehaciente y adecuada del amor; no creo que exista una verdad a secas, sola, que no tenga que ver con el amor; creo que lo que realmente existe es el amor, y cuando el amor se nos hace patente, eso que se nos hace patente, eso es la verdad; pero no es más que la manifestación del amor. Así que pienso que el fundamento es el amor, el amor que damos, el amor que recibimos, todos los amores. Y otra cosa que me resuena  es que hay que tener ganas, hay que querer; y aquí hay una cuestión de la que yo doy fe –y creo que todos los que estamos acá y ustedes también-: el principio chino de que la perseverancia es buena compañera. En esto, ésa es una condición sine qua non. No es posible sin perseverancia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario