sábado, 12 de abril de 2008

EL HOMBRE, UN SER EN RELACIÓN

EL HOMBRE, UN SER EN RELACIÓN

Pato Varas


Dice el pensador J. Krishnamurtu que la vida es experiencia en la vida, es experiencia en la vida de relación. Es decir, la vida es convivencia. Convivencia que se expresa mediante el contacto con las cosas, las personas y las ideas.

La capacidad de convivencia es la que permite hacer frente plena y ade-cuadamente a la vida. Y para ello es necesario que el hombre comprenda la vida de relación.

La vida de relación es sin lugar a duda el espejo en el cual nos descu-brimos a nosotros mismos. Sin convivencia simplemente no es posible existir. Vivir es estar relacionado y estar relacionado es existir. La convivencia es un medio de au-todescubrimiento.

Ahora bien, si examinamos nuestra vida, nuestras relaciones con los demás, veremos que, muchas veces, ella es un proceso de aislamiento. El prójimo, en realidad, no nos interesa, aunque hablemos bastante al respecto, el hecho es que no nos interesa. Sólo nos relacionamos con alguien mientras esa relación nos resulta grata, nos brinda refugio, mientras nos satisface. Apenas ella sufre una perturbación que nos produzca incomodidad, dejamos de lado esa relación. En otros términos: sólo hay re-lación mientras estamos satisfechos. Esto puede ser desagradable y seguramente no nos gusta leerlo o escucharlo, pero sí realmente examinamos nuestra vida de relación con atención, veremos que se trata de un hecho: y eludir el hecho es, precisamente, manifestación de su existencia. De manera que si echamos una mirada a nuestra vida y observamos nuestra vida de relación, vemos que ella es un proceso de erigir resistencia contra los demás, muros por encima de los cuales miramos y observamos al prójimo; y ese muro siempre lo mantenemos y permanecemos tras él.

Ahora bien, mientras vivimos en aislamiento, detrás de un muro, no hay convivencia. Vivimos encerrados y eso nos resulta más cómodo y seguro. Nuestra comunicación o incomunicación depende nada más de eso. De la existencia o inexis-tencia del muro. De nuestra capacidad o incapacidad de contacto. Contacto con las cosas, las personas, las ideas y con uno mismo. También levantamos muros que nos dividen a nosotros mismos. Así, suelen existir muros entre nuestro cuerpo y nuestra mente, entre nuestros sentimientos y pensamientos, entre nuestras ideas y acciones. Muros que nos controlan, reprimen o inhiben.

De esta suerte, para la mayoría de nosotros, la vida en relación es en rea-lidad un proceso de aislamiento; y es obvio que tal relación construye una sociedad que es también aisladora.

El proceso de aislamiento es, a la inversa del proceso de comunicación, un proceso centrado en la búsqueda del poder. En él, cada cual desea una posición fuerte en la que puede dominar: en el hogar, en la oficina o en la empresa. Cada cual anda en busca de poder, y por el hecho de andar en busca de poder establecerá una sociedad basada en el poder. Esto es evidente. ¿No es acaso, el deseo de poder, aisla-dor por naturaleza? Y, sin embargo, vivir en el aislamiento es cosa imposible; no hay país, ni pueblo, ni individuo que pueda vivir aislado. De manera que si impulsados por el afán de poder, de seguridad y comodidad erigimos muros que nos aíslan, pronto esos muros se volverán contra nosotros mismos. Pues dentro de ellos ganamos la sobrevi-vencia, pero perdemos la existencia.

Aislados, cómodos y seguros tras nuestros muros empezamos a padecer de falta de vida. A eso le llamamos incomunicación. La incomunicación nos duele y sacude. Luego empezamos a buscar una nueva solución. Las primeras manifestacio-nes son los millones de frases, artículos, revistas y libros que hoy circulan por el mun-do hablando del tema. Una vieja idea nos hace creer que hablando de comunicación e incomunicación, de convivencia y aislamiento y describiendo el fenómeno los muros caerán.


Características de la convivencia

¿Qué es y cómo se comporta un ser comunicado?

La diferencia entre un ser comunicado y uno incomunicado es, al igual que en las cárceles, un muro. Mientras los seres humanos que se comunican son seres capaces de “estar, ser y sentir” con y junto a otros seres humanos. Los incomunicados han reemplazado esa capacidad por un muro.

La existencia o inexistencia de ese muro depende, claro está, de la for-ma de ser y comportarse de cada uno de ellos.

¿Cuál es la forma de ser y comportarse de aquellos seres que poseen la capacidad de estar con otros?


Características y naturaleza del estar con otros

1. Espontaneidad

La persona está dispuesta a dejar que las cosas sucedan con lo demás, lo cual le permite abrirse a experiencias más ricas y profundas. Existe una intere-sante falta de programación. Simplemente la persona permite que sus ideas, sentimientos y acciones fluyan de acuerdo a la ocasión y el momento.

2. Ser personal

La persona es como es, no más. No está permanentemente asumiendo un rol. No actúa su vida, simplemente la vive. La persona está continuamente en un proceso de identidad consigo mismo, pues ha descubierto que el ser hu-mano está siempre creciendo y que para que dos personas puedan realmente encontrarse es necesario que cada una sea cabalmente alguien distinguible e identificable.
Estar con otra persona significa establecer un contacto de persona a per-sona. Un sí mismo concreto y único está en contacto con otro sí mismo, con-creto y único también, en la interacción irrepetible. Un rol, o papel, o actua-ción, o cartel, en cambio, no puede estar con otro rol. Eso no es más que un baile de máscaras donde el propósito es ocultarse, engañar, disfrazarse, es de-cir, ser lo que no se es.

3. Naturalidad

Cuando una persona está con otra, la relación es grata y libre. La rela-ción fluye, emerge, sucede naturalmente. Hay un contacto entre dos personas. Los sentimientos -amor, rabia, tristeza, alegría, desesperanza, ternura- surgen tan sólo de estar-con. La convivencia es autorrealización. El fundamento de la comunicación proviene de los sentimientos que surgen al disfrutar de la cerca-nía con otro ser.


4. Disponibilidad

Una persona que está con otra es accesible, está abierta al flujo de la comunicación, abierta a expresar lo que siente y captar lo que otro siente. Está tratando de ver y oír lo que los otros dicen, sienten y hacen.


5. Ser en el momento

Resulta imposible estar con otra persona sin estar en el aquí y ahora. Para estar presente hay que estar en el presente. Se está genuinamente con otra persona cuando se responde de manera plena a sus sentimientos actuales, cosa que no sucede cuando se analiza, observa, racionaliza, planea, evalúa o inter-preta a otra persona. Se está en el momento actual cuando uno participa ple-namente en la risa, el llanto, el dolor, el amor, el odio, la alegría, la lucha, el contacto, la exploración, el conocimiento, el ser.


6. Emitir mensajes claros

La emisión de mensajes claros constituye una condición decisiva del estar con otra persona. A medida que la persona comienza a perder sus temo-res y a mostrarse más persona, aumenta la claridad de los menajes que emite y, con ello, su capacidad para estar con los demás.

Todos hemos aprendido muchas maneras de emitir mensajes confusos: sonríes para encubrir los temores, hacer insinuaciones para suavizar el mensaje, ocultar sentimientos positivos o negativos, tratar de disimular nuestra soledad o de no dañar a los demás. Resulta imposible profundizar afectivamente nuestros verdaderos sentimientos. Las personas capaces de crear y dar confianza son aquellas que muestran sus sentimientos.
7. Hacer algo con otros

Hacer algo juntos es algo muy raro en nuestra cultura competitiva. Usualmente, actuamos bajo la autoridad de alguien o la ejercemos sobre al-guien. Cuando las personas hacen cosas con los demás, el placer de hacerlas trasciende las recompensas. El estar con otros es su propia recompensa.

8. Intimidad física y psicológica

La intimidad física está altamente correlacionada con la intimidad psi-cológica. Quienes tienen dificultades para expresar sus sentimientos también las tienen para la expresión física del afecto. Las maneras físicas de relacionar-se constituyen, por lo general, manifestaciones directas de actitudes internas. Las personas capaces de estar con otras han aprendido a disfrutar de la expre-sión física del afecto cuando se abrazan, se miran, se sientan juntos o caminan.

9. Paz interior

Las personas que han aprendido a relacionarse y que disfrutan en ello son personas que reflejan en sí mismas la armonía que viven con otros. Su ma-yor personificación, receptividad, expresividad, autodeterminación y estar-con-otros les proporciona un balance psíquico y social que se traduce en bienestar, plenitud y paz interior.


10. Dejar ser a los demás y a uno mismo

Una persona no puede estar profundamente con otra cuando intenta en-señarle una lección, modificar su conducta, criticar su estilo de vida, remediar o corregir sus deficiencias, adiestrarla en nuevas habilidades o, simplemente, cambiarla a su gusto. El estar-con-otro implica dejar que el otro sea él mismo, tratar de establecer contacto, compartir el dolor y la alegría, dar amor, avanzar junto al otro hacia lo inexplorado y lo imprevisible, confiar en que él mismo y el otro, juntos al universo, pueden producir algo bueno y estar dispuestos a lo-grarlo.

2 comentarios:

  1. gracias,
    me parece maravilloso que alguien pueda expresar tan claramente la forma de hacer verdad la palabra UNIVERSO,si fueramos todos asi,
    encontrariamos el UNO, sin mentiras , falsedades y con la
    REALIDAD de nuestro SER.
    cariños
    Sonia

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  2. Febrero 18 de 2013

    Felipe Cortes y Felipe Barbosa 8ªC

    1.La relación que tiene el hombre con lo que lo rodea es muy evidente, se muestra que el tiene unos valores a seguir, como ser espontaneo, ser si mismo, su naturalidad, entre otras que lo caracterizan entre las demás personas y principalmente como ser el mismo y como se relaciona con los demás con sus características personales, por ejemplo, la naturalidad del hombre lo identifica entre las demás personas porque muestra como es el normalmente y también su espontaneidad por ello en conclusión lo que identifica el hombre esta identificado en sus valores como persona por ello se muestra entre los demás.

    2.Este tema con la relación de la vida es muy importante porque muestra la vida y sus etapas del hombre como se puede relacionar y como son las características que identifican como el hombre se comunica con las personas que la rodean, por ejemplo, un doctor se identifica de los ciudadanos por su forma de tratar la gente y como la mira, en cambio un ciudadano no le importa como trata a la gente sino, como se desarrolla la vida de el mismo, por eso estos 10 valores identifican la vida de cada individuo y como se comunica en ella.

    Felipe Cortes y Felipe Barbosa 8ªC

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